lunes, 7 de julio de 2008

EL ARBOL CONFUNDIDO


En algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo . . .

Había . . . un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos muy felices.

Excepto un árbol que estaba profundamente triste. El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era.!

Te falta concentración, le decía el manzano:

"Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¿ves que fácil es?"

"No lo escuches", exigía el rosal. "Es más sencillo tener rosas ¿Ves que bellas son? y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, pero como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: " No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo que el de otros muchísimos seres de la Tierra. Yo te daré la solución . . . No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo, conócete . . . y para lograrlo, escucha tu voz interior. " Y dicho esto, el búho desapareció.

"¿Mi voz interior? . . . ¿Ser yo mismo? . . . ¿Conocerme? . . . " Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y tapándose los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior que le decía:

"Tú jamás darás manzanas, porque no eres un manzano. Ni florecerás cada primavera, porque no eres un rosal. Tú eres un roble, y tu destino es crecer grande y magestuoso , dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje . . .

Tienes una misión. ¡ Cúmplela !

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el árbol fue completamente feliz.


Yo me pregunto al mirar a mi alrededor, ¿ Cúantos serán robles que no se permiten asi mismos crecer ? . . . ¿ Cúantos serán rosales que por miedo al reto sólo dan espinas ? . . . ¿ Cúantos naranjos que no saben florecer ?

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir y un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.


¡ No lo olvides!


13 comentarios:

hawkeye dijo...

Gran mensaje el que nos dejas hoy, al igual que una bellísima enseñanza... Ojalá todo el mundo se dedicara a conocerse a sí mismo, ha saber el por qué está aquí sin "molestar" a los demás en su labor... Besos

María dijo...

Me parece precioso lo que has escrito y el mensaje que nos dejas con tu escrito, escribes maravillosamente bien, me encanta leer tus posts, porque de todos se sacan conclusiones.

Te mando un abrazo muy fuerte.

duende dijo...

Muchas gracias hawkeye,agradezco tus palabras.
otro beso para ti

Carlota dijo...

Ahí está la clave: conocerse a uno mismo... y no es fácil. Y hoy día se tiende a la comodidad, a lo superficial, y no a lo que realmente es importante. Demasiadas prisas, demasiado estrés, demasiado poco tiempo para ocuparse de uno mismo... hasta que es demasiado tarde. O quizás nunca lo es. Un abrazo, duende.

Estoicolgado dijo...

no hay que regarse todos los días... pero de vez en cuando, sobrar no sobra.

Yeli dijo...

Muy hermoso...hay tanta necesidad de identidad y de falta de conformidad con quienes somos y lo que tenemos!
Un abrazo
Yeli

MAR dijo...

Me ha gustado mucho tu relato,de ese árbol aflora la poesía que lo hace más resistente, más fuerte aún.
Besos y pretendo pasar otro día para leerte.
Hasta siempre

duende dijo...

Gracia a todos por compartir conmigo este espacio, muchas gracias por vuestras amables palabras.
Besos

Eliminado dijo...

Excelente esta reflexion!!!!!!!!!!!!!!
Cuantas veces no sabemos ni quien somos,ni lo que queremos,porque no nos detenemos a mirar nuestro templo,nuestra alma,nuestro interior...que solo podmos escucharlo en silencio,relajados...solo el nos dice la verdad de la vida propia...
Me gusta tu perfil ylo comparto plenamente

Muchos cariños!!!!!!!!

Patry

Diana dijo...

No sé muy bien qué clase de planta soy... tan solo siento, escucho, pero no suelo decidir, no suelo pensar en el agua que necesito... y tal vez un día de éstos me marchite sin no pienso en lo que hoy dices.
Diana

MRB dijo...

Precioso. La metáfora con el cuento es excepcional. Cuanta validez le doy a tu escrito: conocernos a nosotros mismos es esencial para cumplir nuestra propia misión. La aceptación es vital para tener la fuerza de ejercerla. Felicitaciones.
Shanty

dijo...

Sabio mensaje,
hermoso blog, espero que nos visitemos seguido...
un abrazo

Sandra Figueroa dijo...

Hola, que linda reflexion. Me deja pensando en su contenido. Lindo tu blog. Te dejo un beso y abrazo. Cuidate.