domingo, 19 de abril de 2009

Por detrás de ti te busco...

Si, por detrás de las gentes
te busco.
No en tu nombre, si lo dicen,
no en tu imagen, si la pintan.
Detrás, detrás, más allá.

Por detrás de ti te busco.
No en tu espejo, no en tu letra,
ni en tu alma.
Detrás, más allá.

Tambien detrás, mas atrás,
de mí te busco, No eres
lo que yo siento de ti.
No eres
lo que me está palpitando
con sangre mía en las venas,
sin ser yo.
Detrás, más allá te busco.

Por encontrarte, dejar
de vivir en ti, y en mi,
y en los otros.
Vivir ya detrás de todo,
al otro lado de todo
-por encontrarte-,
como si fuese morir.

P. Salinas

martes, 3 de febrero de 2009

QUE DIFICIL ES SABER QUIEN ERES




Besos me entregas y dulzuras

esenciales del mundo,

En su fruto redondo,

aquí en los labios. Pero

cuando toco tu frente

con mi frente, te siento

la amada más distante,

la más última, esa

que ha de durar, secreta,

cuando pasen los labios,

sus besos.Salvación,

fría, dura en la tierra,

del gran contacto ardiente

que esta noche consume.


P.Salinas

jueves, 22 de enero de 2009

APROBECHA EL DIA



No dejes que termine el día sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, pues es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y la poesía, si pueden cambiar el mundo.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores, el silencio.
Valora la belleza de las cosas simples, y también la simpleza de la belleza.
No traiciones tus creencias, todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de
nosotros mismos, eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante, vívela intensamente sin mediocridades.
Piensa que en ti, está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte.
No existe nadie tan sabio que no pueda aprender algo nuevo, tampoco hombre tan pobre que no
tenga algo que enseñar.
¡¡ Aprende !! pero sobre todo aprende a vivir.
¡¡ Enseña !! No permitas que la vida te pase sin que la vivas.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Lo que no dijiste . . .

• Dijiste que podía hacer mis
sueños realidad. Pero no dijiste
que sólo querías que hiciera
realidad lo que tu deseabas para
mi.
• Dijiste que luchara por mis
ideales. Pero no dijiste que
eso sólo si también eran
tuyos.
• Dijiste que creciera. Pero no
dijiste que lo hiciera bajo tus propios límites.

• Dijiste que me escucharías. No dijiste que solamente si decía lo que querías escuchar.

• Dijiste que podía contar contigo, que todo lo hacías por mi. No dijiste que en realidad lo hacías por ti mismo, para sentirte bueno y bondadoso, y excelente en tu labor.

• Dijiste que te sentías orgulloso de mi. No dijiste que tan sólo estabas orgulloso de mis logros. No conoces quien soy no puedes enorgullecerte de lo que no conoces.

• Dijiste que podía volar. No dijiste que bajo tus propias fronteras.

• Dijiste que debía seguir mi corazón, sin importar lo que la sociedad comentara. No dijiste que tú no te considerabas parte de la sociedad.


• Dijiste que fuera yo misma. No dijiste que sólo si te agradaba quien yo era.

• Dijiste que siguiera mi propio camino. No dijiste que debía ser de tu aprobación.

• Dijiste que expresara mis ideas y opiniones. No dijiste que las juzgarías si no eran de tu agrado.

• Dijiste que no mentirías, que siempre hablarías con la verdad. No dijiste que únicamente si esta te convenía.

• Dijiste muchas cosas. Omitiste muchas verdades. Aun así te amo.

Pues el amor no se gana, se otorga. Lo que seguramente no posees es mi confianza. Pues esta se gana con tiempo, comprensión y sinceridad.
Tu no eres digno de ella.
No confiaste en mi y ahora yo no logro confiar en ti.






miércoles, 24 de septiembre de 2008

La vida me enseño . . .


A perdonar sin entender porque
pasan las cosas,
a amar sin que me amen,
a sentir sin que me sientan,
a tolerar sin que me toleren,

pero no me ha enseñado a . . .
sobrellevar la soledad,
a vivir sin una caricia, sin un abrazo,
a levantarme por la mañana y no encontrar a nadie a mi lado,
a sentirte menos que nada, a querer gritar: estoy aquí, que me oigan.
Pero también me ha enseñado a recordar las cosas bellas,
el amor sublime de una madre, la mirada tibia de un padre y el
acogimiento de tener simplemente la vida, que ya es mucho pedir y
sentir que teniéndola todo aquello que he escrito puede cambiar
algún día.
Porque no olvides que amar, sentir, tolerar y perdonar son parte de la
misma vida.

martes, 2 de septiembre de 2008

¿SABES CUANTO VALES?

Alfredo, con el rostro abatido de pensar se reune con su amiga Marisa en un bar para tomar café.
Deprimido descargó en ella sus angustias . . . que si el trabajo, que si el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación . . . todo parecía estar mal en su vida.
Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 euros y le dijo:
- Alfredo, ¿quieres este billete ?
Alfredo, un poco confuso al principio, inmediatamente le dijo:
- Claro Marisa . . . son 50 euros, ¿ quién no los querría ?
Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña pelota.
Mostrando la estrujada pelotita marrón a Alfredo volvió a preguntar:
- Y ahora ¿ Lo quieres ?
-Marisa, no sé que pretendes con esto, pero siguen siendo 50 euros, claro que los cogeré si me los das.
Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo pisoteó, levantándolo luego sucio y marcado.
¿Lo sigues queriendo?
Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese
es un billete de 50 euros y mientras no lo rompas conserva su valor . . .
- Entonces, Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido . . .
Lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:
-Toma guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal . . . pero me debes un billete nuevo de 50 euros para poder usar con el próximo amigo que lo necesite !!
Cuantas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente MERECEMOS MAS y que PODEMOS CONSEGUIRLO si nos lo proponemos. Claro que el mero propósito no es suficiente . . .se requiere de la ACCIÓN para obtener los beneficios.
Yo se que se puede y que existen innumerables caminos para conseguirlo.

lunes, 4 de agosto de 2008

EL DIA QUE INTENTARON ACABAR CON EL AMOR

Todos los sentimientos oscuros y los deseos más perversos del corazón, llegaron a la reunión con curiosidad de saber cual era el propósito . . . .
Cuando estuvieron todos, habló el Odio y dijo: Los he reunido, porque deseo
matar a alguien con todas mis fuerzas.
Los asistentes no se extrañaron, pues tratándose del Odio era normal, sin embargo todos se preguntaban entre sí, quien sería aquel tan difícil de matar, para que el Odio los hubiera reunido a todos.
Quiero que maten al Amor, dijo . . . .
El primer voluntario fue el Mal Carácter. Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará. Al cabo de un año se volvieron a reunir todos y al escuchar las palabras del Mal Carácter quedaron decepcionados. Lo siento, lo intenté pero cada vez que yo sembraba discordia, el Amor la superaba y salía adelante.
Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición, que haciendo alarde de su grandeza dijo: En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y el poder. Eso nunca lo ignorará. Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien, efectivamente cayó herida pero después de luchar por salir adelante renunció a todo deseo de poder y triunfó de nuevo.
Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos intentaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al Amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. El Amor confundido lloró, y pensó que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.
Año tras año, el Odio siguió su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad, y a muchos otros que fracasaron porque cuando el Amor sentía desfallecer cogía fuerzas y todo lo superaba.
El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: Nada que hacer.
El Amor ha soportado todo, llevamos años insistiendo y no lo logramos. De pronto de un rincón se levantó un sentimiento poco conocido, vestia de negro con un sombrero que le caía sobre el rostro el cual no se dejaba ver.
Su aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré al Amor", dijo con seguridad.
Todos se preguntaron quien sería aquel que pretendía hacer sólo, lo que ninguno había podido conseguir. El Odio dijo, ve y hazlo.
Tan sólo pasó algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que después de mucho esperar por fin . . . .
EL AMOR HABÍA MUERTO
Todos estaban sorprendidos. Entonces el sentimiento del vestido negro y sombrero habló: Ahí les entrego al Amor totalmente muerto y destrozado. Y sin decir más, se dispuso a marcharse.
Espera, dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quien eres?
El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:
SOY LA RUTINA.

Anonimo

lunes, 21 de julio de 2008

EL ALPINISTA


Desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, quería la gloria para el solo, por tanto decidió subir sin compañeros.

Subiendo se le hizo tarde, pero no se preparó para acampar. Siguió subiendo decidido a llegar a la cima, y le oscureció. La noche cayó con gran rapidez en lo alto de la montaña, no se veía absolutamente nada, todo estaba negro, ninguna visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

En un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló . . . caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser absorvido por la grabedad.

Seguía cayendo . . . la angustia era cada vez mayor, en ese instante se le pasaron por la mente gratos, y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir.

De repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos . . . como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

En esos momentos de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: "Por favor

ayudenme . . . " De repente una voz grave, como salida de la nada contestó: ¿ Que quieres que haga ? "Sálveme" ¿ Realmente crees que pueda salvarte ? " Por supuesto "


" Entonces, suelta la cuerda que te sostiene . . . "


Se hizo el silencio . . .

El hombre quedó inmovil, se aferró aún más a la cuerda y reflexionó . . .


Cuentan . . . el equipo de rescate, que al día siguiente encontraron a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza a una cuerda . . . a dos metros del suelo . . . ¿ y tu ? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda ? ¿ Por qué no la sueltas ?.





lunes, 7 de julio de 2008

EL ARBOL CONFUNDIDO


En algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo . . .

Había . . . un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos muy felices.

Excepto un árbol que estaba profundamente triste. El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era.!

Te falta concentración, le decía el manzano:

"Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas, ¿ves que fácil es?"

"No lo escuches", exigía el rosal. "Es más sencillo tener rosas ¿Ves que bellas son? y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, pero como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: " No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo que el de otros muchísimos seres de la Tierra. Yo te daré la solución . . . No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo, conócete . . . y para lograrlo, escucha tu voz interior. " Y dicho esto, el búho desapareció.

"¿Mi voz interior? . . . ¿Ser yo mismo? . . . ¿Conocerme? . . . " Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y tapándose los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior que le decía:

"Tú jamás darás manzanas, porque no eres un manzano. Ni florecerás cada primavera, porque no eres un rosal. Tú eres un roble, y tu destino es crecer grande y magestuoso , dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje . . .

Tienes una misión. ¡ Cúmplela !

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el árbol fue completamente feliz.


Yo me pregunto al mirar a mi alrededor, ¿ Cúantos serán robles que no se permiten asi mismos crecer ? . . . ¿ Cúantos serán rosales que por miedo al reto sólo dan espinas ? . . . ¿ Cúantos naranjos que no saben florecer ?

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir y un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.


¡ No lo olvides!


lunes, 30 de junio de 2008

LA TRISTEZA Y LA FURIA

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta . . .
En un reino mágico donde las cosas no tangibles se vuelven concretas . . .
Había una vez . . .
un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente . . .
Hasta aquel estanque mágico y transparente se acercaron la tristeza y la furia para bañarse en mutua compañía.
Las dos se quitaron sus vestidos y, desnudas entraron en el estanque.
La furia, que tenía prisa ( como siempre le ocurre a la furia ) urgida _sin saber por qué_ se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua . . .
Pero la furia es ciega o, por lo menos, no distingue claramente la realidad. Así que desnuda y apurada, se puso, al salir el primer vestido que encontró . . .
Y sucedió que aquel vestido no era el suyo, sino el de la tristeza . . .
Y así vestida de tristeza, la furia se fué.
Muy calmada, muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde la tristeza terminó su baño y, sin ninguna prisa _ o, mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo_, con pereza y lentamente , salió del estanque.
En la orilla se dio cuenta de que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Así que se puso la única ropa que había junto al estanque: el vestido de la furia.
Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega , cruel , terrible y enfadada.
Pero si nos damos tiempo para mirar bien, nos damos cuenta de que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad está escondida la tristeza.
Jorge Bucay

miércoles, 25 de junio de 2008

EL PERFUME DE LA MAESTRA

El primer día de clase, la maestra doña Tomasa les dijo a sus alumnos de quinto grado, que ella siempre trataba a todos por igual, que no tenía preferencias ni tampoco maltrataba ni despreciaba a nadie.

Muy pronto comprendió lo difícil que le iba a resultar cumplir sus palabras. Había tenido alumnos difíciles, pero nadie como Pedrito. Llegaba al colegio sucio, no hacía las tareas, pasaba todo el tiempo molestando o dormitando, era un verdadero dolor de cabeza. Un día no aguantó ya más y se dirigió a la dirección.

- Yo no soy maestra para soportar la impertinencia de un niño malcriado. Me niego a aceptarlo por más tiempo en mi clase. Ya casi son las vacaciones de Navidad, espero no verlo cuando volvamos en Enero.

La directora la escuchó con atención, y sin decirle nada, revisó los archivos y puso en las manos de doña Tomasa el libro de vida de Pedrito. La profesora lo comenzó a leer por deber, sin convicción. Sin embargo, la lectura le fue arrugando el corazón:

La maestra de primer grado había escrito: “Pedrito es un niño muy brillante y amigable. Siempre tiene una sonrisa en los labios y todos le quieren mucho. Entrega sus trabajos a tiempo, es muy inteligente y aplicado. Es un placer tenerlo en mi clase”.

La maestra de segundo grado: “Pedrito es un alumno ejemplar con sus compañeros. Pero últimamente se encuentra triste porque su mamá padece una enfermedad incurable”

La maestra de tercero: “La muerte de su mamá ha sido un golpe insoportable. Ha perdido el interés en todo y se pasa el tiempo llorando. Su papá no se esfuerza en ayudarlo y parece muy violento. Creo que lo golpea.”

La maestra de cuarto: “Pedrito no demuestra interés alguno en clase. Vive cohibido y cuando intento ayudarle y preguntarle qué le pasa, se encierra en un mutismo desesperanzador. No tiene amigos y está cada vez más aislado y triste”


Por ser el último día de clase antes de las Navidades, todos los alumnos le llevaron a Doña Tomasa unos hermosos regalos envueltos en fino y coloridos papeles. También Pedrito le llevó el suyo envuelto en una bolsa de papel. Doña Tomasa fue abriendo los regalos de sus alumnos y cuando mostró el de Pedrito, todos los compañeros se echaron a reír al ver su contenido: un viejo brazalete al que le faltaban algunas piedras y un frasco de perfume casi vacío. Para cortar por lo sano con la risa de los alumnos, Doña Tomasa se puso con gusto el brazalete y se echó unas gotas de perfume en cada una de las muñecas. Ese día, Pedrito se quedó el último al salir de clase y le dijo a su maestra: “Doña Tomasa, hoy usted huele como mi mamá”

Esa tarde, sola en su casa, Doña Tomasa lloró un largo rato. Y decidió que en adelante, no solo iba a enseñar a sus alumnos lectura, escritura, matemáticas… sino sobre todo, que los iba a querer y les iba a educar el corazón. Cuando se reincorporaron a clase en enero, Doña Tomasa llegó con el brazalete de la mamá de Pedrito y con unas gotas de perfume. La sonrisa de Pedrito fue toda una declaración de cariñoso agradecimiento. La siembra de atención y cariño de Doña Tomasa fue fructificando en una cosecha creciente de aplicación y cambio de conducta de Pedrito. Poco a poco, fue volviendo a ser aquel niño aplicado y trabajador de sus primeros años de la escuela. Al final del curso, a Doña Tomasa le costaba cumplir sus palabras de que, para ella, todos los alumnos eran iguales, pues sentía una evidente predilección por Pedrito.

Pasaron los años, Pedrito se fue a continuar sus estudios en la universidad y doña Tomasa perdió contacto con él. Un día recibió una carta del doctor Pedro Altamira, en la que le comunicaba que había terminado con éxito sus estudios de medicina y que estaba a punto de casarse con una muchacha que había conocido en la universidad. En la carta le invitaba a la boda y le rogaba que fuera su madrina de boda.

El día de la boda, Doña Tomasa volvió a ponerse el brazalete sin piedras y el perfume de la mamá de Pedrito. Cuando se encontraron, se abrazaron muy fuerte y el Doctor Altamira le dijo al oído: “Todo se lo debo a usted, Doña Tomasa”. Ella, con lágrimas en los ojos, le respondió: “No, Pedrito, la cosa sucedió al revés, fuiste tú quien me salvaste a mí y me enseñaste la lección más importante de la vida, que ningún profesor había sido capaz de enseñarme en la universidad: me enseñaste a ser maestra”.
Luz y S.

miércoles, 4 de junio de 2008

PAGINAS EN BLANCO



Aquella librería de la plaza de San Pedro siempre me había llamado la atención. Por su ubicación en ese rincón accesible, lo famililar de sus gentes, la gran cantidad de libros que se hospedan allí, y por el orden con el que están colocados, puedes encontrar sin demasiado esfuerzo el libro que quieras, que te apetezca conseguir. Ese día entré en el local sin ninguna intención de comprar nada en concreto, esta vez quería un libro distinto, ameno,que se dejara leer y que me dejara un buen recuerdo.Pedí consejo a los chicos de la librería, y sin dudarlo ni un instante me ofrecieron un misterioso libro que envolvieron cuidadosamente y del cual no me dieron a conocer el título ni el autor.

Ya en casa lo desenvolví y me dispuse a leerlo. No quería hacerlo más tarde, tenía curiosidad por lo que me había sido recomendado.Pero cual fue mi sorpresa cuando al abrirlo me encontré con la primera página en blanco. La primera, ¡ y las siguientes, y todas y cada una de las páginas! ¡El libro entero estaba en blanco!

Por más que buscaba y buscaba, no encontraba ningún texto, ningún párrafo ningun contenido, nada que contase historias, intrigas o habladurías. Más de doscientas páginas que recitaban la ausencia de cualquier narración.

Mi primera reacción fue de sorpresa mayúscula, despúes de un rato estaba pletórico de furia, pués no alcanzaba a comprender como habían podido aconsejarme aquel libro.

Decidí llamar a la librería, estaba demasiado furioso como para aparecer por allí, no tenía el número, me imaginaba que por lo menos el libro tendría el sello de la tienda con la dirección y el teléfono. En la portada, no apareía nada. Ni si quiera tenía título.Ni autor. ¿Para Qué?. Torné la pasta, y me di cuenta de algo que había pasado por alto.Era el prólogo del libro. Por supuesto lo leí inmediatamente.

Prólogo

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Aquel que busque leer este libro
habrá de escribirlo primero,
pues los hechos son de quien los vive
y no de quien los predica;
Aquel que crea vivir algo
que lo plasme en este libro,

y aquel que diga que no vive

tambien tendrá que contar.

Animaos, pue, y llenadlo de vida

Fui corriendo a la librería y no supe cómo agradecerles eso tan preciado que me habían entregado. Era yo quien tenía que escribir ese libro. Incluso me apunté a un taller de narración creativa. Algún día terminaré de llenar todas las páginas, y ¡quién sabe!, quizás tenga la gran suerte de conseguir otro libro con las páginas en blanco.
Mikel Gil

Sólo nosotros podemos escribir el libro de nuestra vida.

Sólo nosotros conocemos cuales son nuestras limitaciones.

Disponemos de total libertad de elección.

Ninguna persona, lugar o cosa puede pensar por nosotros

si no lo permitimos.

Desde aqui os animo a que cada uno escriba el libro de su vida y reflexione sobre el.

Dedicado para todas las personas que están dispuestas a fluir con la vida.